domingo, 11 de septiembre de 2011

Últimamente, por un lado o por otro, no dejo de escuchar una frase que me llama mucho la atención; Las amistades son eternas. ¿Sinceramente? Creo, que eso no es del todo cierto. En mi opinión, no puedes afirmar que un amigo/a estará siempre a tu lado. Que sin envidia alguna, se alegrará por tus logros. Que compartirá contigo las derrotas. Que estará a tu lado en lo bueno y en lo malo. Que guardará siempre todos tus secretos. Ni que podréis estar horas y horas juntos/as sin aburriros. En fin, que no puedes asegurar que siempre estaréis unidos, ni que siempre seréis amigos. ¿Sabes porque? Porque la gente cambia, la gente te decepciona y con el tiempo, los amigos se distancian. Queramos o no, esa es la cruda realidad. 

Pero, ¿sabéis que? No siempre es así. Como en todo, siempre hay la excepción. A parte, están esos amigos (a los cuales, se les cuenta con los dedos de una mano, todo debe decirse) con los que si podrás contar siempre que los necesites. Son esas personas, con las que mantienes una amistad a pesar de la distancia que os separe. De los cambios de unos y de otros. A pesar de todo. Son esas personas que no solo forman parte de tu vida, sino también de tu familia. Esos amigos que no solo son amigos. Sino esos amigos que son tus hermanos. Esas personas a las que no les puedes aplicar lo de: No esperes nada de nadie, así no te decepcionarán. Porque ellos, no serán capaces de hacerlo. Porque ellos, jamás te fallarán.

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