viernes, 28 de octubre de 2011

Estoy cansada de oír que las ilusiones se las crea siempre uno mismo. Si, no digo que eso no sea verdad, solo defiendo que no en todos los casos se puede aplicar esa norma. Personalmente, puedo asegurar que soy una persona que se hace esperanzas sin partir de ninguna base, pero esta última vez; no ha sido así. Las palabras dulces han existido, las conversaciones están ahí, las caricias y el interés, no han sido invención mía. ¿Estabas jugando? ¿Lo hacías para pasar el rato? Eso no tiene nada que ver. No me niegues que eso ha ocurrido, no me culpes de haberme ilusionado demasiado, porque tú, precisamente tú, has provocado todo eso. Las consecuencias vienen después. ¿Ahora hay otra? ¿Te has cansado? Me parece muy bien. Pero admite que ha habido un interés por tu parte. Que no ha sido todo una imaginación, y mucho menos que yo he exagerado las cosas. Estoy dispuesta a aceptar que he sido una estúpida, una ilusa y que todo esto ha terminado. Estoy dispuesta a aceptar que me he equivocado, y que quizá yo tuve parte de culpa por haber creído a ciegas. A lo que no estoy dispuesta es, a hacer como si nada de esto hubiera existido, y mucho menos a pensar, que no tenía motivos para creer en ti, para creer en nosotros.

jueves, 27 de octubre de 2011

- Lo siento, pero no aguanto más. Esta situación puede conmigo. Pensaba que era fuerte, que podía con esto y más, pero no. Durante toda mi vida, me he acostumbrado a no ser nadie, a pasar desapercibida para todo el mundo, a no llamar la atención. Hasta hoy, eso me bastaba, ¿Sabes? 

- ¿Entonces? ¿Cual es el problema?

- ¿Que cual es el problema? ¡Tú! ¡Tú eres el maldito problema! No me importaba ser invisible, eso a veces, tenía sus ventajas... Podías ser tú misma sin avergonzarte, total... ¿Que más daba? La gente no perdía el tiempo contigo, no sabía ni que existías. Entonces, llegaste tú y cambiaste todo lo que había aprendido, cambiaste toda mi vida... Me empezó a importar el echo de que nadie se fijara en mi, por un simple motivo, solo por un único motivo.

- ¿Que motivo?

- ¡Tú! Ese era el motivo, necesitaba que te fijaras en mi. Pero no lo hacías. Me compré ropa nueva para estar más guapa, empecé a maquillarme, me pasaba horas y horas delante del espejo para estar perfecta para cuando te tuviera delante, para impresionarte. Pero nada, tú no me veías... ¿Y ahora? Ahora que he decidido que todo esto no vale la pena, que quiero desaparecer de verdad... Vas tú y... de nuevo lo quieres cambiar todo. 

- ¿Como puedes pensar eso? ¿A caso no te dabas cuenta? Desde el primer momento llamaste mi atención. Puedo decir mil cosas de ti, porque te conozco. Sé quien eres. Cada mañana, llevas los auriculares a todo volumen, y nunca vas a ningún sitio sin tu ipod. Tu pelo, tu pelo es rebelde. Puedes intentar peinarlo, que él se colocará como le de la gana, ¿Pero sabes que? No importa, porque estas todavía más guapa así. No necesitas maquillaje para estar preciosa, pues lo estás de todas formas. ¿Uno de tus sueños? Viajar a Londres. Es algo que siempre has querido hacer. Te encantaría tener una consulta para ayudar a los demás con sus problemas, para aconsejarles y para ayudarles a seguir adelante. Siempre, siempre antepones a los demás a ti. ¿Lo mejor de todo? Que no te importa, porque eres así. Tus ojos, me vuelven loco... Con solo mirarme puedes hacer que me quede sin aliento. Y cuando sonríes, parece que mi corazón vaya a estallar... ¿Sabes porque? Porque tú, eres a la única chica a la que puedo ver.
No te entiendo; Ahora te quiero, ahora no te quiero. Ahora me acerco, ahora me alejo. ¿Que estás haciendo? Jamás he tenido, ni tengo la intención de reprocharte nada. Es cierto, no somos nada, pero pensaba que entre tú y yo había algo especial. Por lo visto, me equivoqué. Pensaba que te conocía, aunque fuera solo un poco, pero no. No sé quien eres. Cada detalle al que le había dado importancia, ahora ha perdido todo su valor. Si, me gustabas, me gustabas mucho... Pero me gustaba lo que eras antes, no lo que muestras ahora. Quizá malinterpreté las cosas, ¿quien sabe? No voy a ser la otra, no voy a ser un pasa tiempo, ni tampoco vas a romperme el corazón si eso es lo que pretendes. ¿Te aburres? Pues juega a la oca. Porque a mi tenerte, no me toca.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Cerró los ojos. Sin darse cuenta, las imágenes empezaron a aparecer en su mente, a reproducirse como si se tratara de una película; ¿Cual era el argumento? Aquellos últimos meses. Recordó la primera tarde, había sido tan inesperado… No se conocían, pero habían empezado hablar como si nada. Sin preocupaciones, se habían contado tantas cosas… Habían hablado de tantos temas… Entonces recordó la primera cita, un par de coca colas en un bar cualquiera. ¿Qué más daba? Lo importante era que estaban allí, ellos dos, juntos. Se había reído tanto… Después de aquella cita vino otra, y luego otra, y luego otra. Podían hacer cualquier cosa. En aquel momento recordó el primer mensaje, aquel mensaje que había echo que se sonrojara y se pusiera tan tonta; “Se que acabo de pasar la tarde contigo, ¡pero ya te echo de menos…!” Al leer aquellas palabras, el corazón le había dado un vuelco. Él, era tan especial, se había convertido en una persona tan importante… Y cuando pensaba que nada mejor le podía pasar, le pasó. Se le declaró. Había visto mil películas románticas, miles de escenas de amor, pero nada podía superar aquella noche, la recordaba perfectamente; La había llevado a un concierto, nunca había escuchado a aquel grupo, pero le había gustado, le había parecido muy bueno. A la tercera canción, el cantante se dirigió al público; Jamás he visto a un chico tan enamorado. Os puedo asegurar que no soy de esos que cree en el amor, y mucho menos en los finales felices. Pero este chico, quiere declararse por todo lo alto, quiere demostrar sus sentimientos a la chica de sus sueños. Y así lo hará, de la mejor manera posible. Dedicándole una canción, ¿Qué mejor forma que expresarse, que la música? En aquel momento un foco se poso en ellos. Y la canción empezó a sonar. Él la miró con una sonrisa en la cara, la tomó de la cintura y la besó. Los meses pasaban, y lo que estaba viviendo, era mejor que cualquier sueño. Pero nada dura eternamente, ni los sueños. Y ella, se despertó de golpe y con un jarrón de agua fría. En aquel mismo instante abrió los ojos, los cuales estaban llenos de lágrimas. Todo había terminado, así, sin más. Le echaba de menos. Pero, no podía seguir viviendo de los sueños.

martes, 25 de octubre de 2011

La detuvo. Con cuidado, pero firme, la tomó del brazo. La miró a los ojos, los cuales derramaban lagrimas. Agachó la cabeza. Había sido un idiota. Tiró un poco de ella para acercarla y la abrazó. ¿Que había echo? Se lo había buscando, sin embargo, no estaba dispuesto a perder lo que más le importaba en el mundo. Con suavidad alzó su barbilla, era tan guapa... incluso cuando lloraba. Ella, ella había cambiado su vida por completo. La había conocido por casualidad, un error que había juntado sus destinos. Él, había sido tan tonto... La había vuelto completamente loca. Ahora si, ahora no. Ahora te quiero, ahora no. Ahora me acerco, ahora me alejo. Pero... se había dado cuenta en el momento oportuno. A partir de aquel momento, no podía vivir sin ella. No, no era perfecta, como todo el mundo, tenía sus defectos. Pero, aquello era lo que la hacía especial. Sus mejillas seguían empapadas, y eso le rompía el corazón. Había sido su culpa, otra vez. No había sido capaz, al menos hasta aquel momento, de hacer las cosas como debía. Todo lo que sentía, tenía que demostrárselo, tenía que recordarse-lo cada día, pero no lo hacía. Tenía tantas cosas que decirle... Sin embargo, al tenerla delante se quedaba completamente en blanco, sin saber que decir. De nuevo, en el momento oportuno se dio cuenta; Iba a perder-la. Acarició con suavidad su piel, la miró fijamente a los ojos y le mostró una sonrisa. Dio un paso adelante, acercándose un poco más a ella, y la besó en los labios. Un ligero beso que decía todo lo que siempre había callado. Se separó un instante- Eres el amor de mi vida- Ella le miró a los ojos, y entre lagrimas, esta vez de emoción, sonrió. Sus labios de nuevo se unieron. Aquello le había demostrado mucho más, que cualquier frase que pudiera pronunciar.

lunes, 24 de octubre de 2011

Lo siento, pero no estoy a la altura. Tu mundo y el mío, son completamente distintos. La gente que te rodea, parece ser perfecta. Yo no lo soy, y eso es algo que asumí hace mucho tiempo. No, tampoco espero serlo nunca. Sé perfectamente que no siempre voy bien peinada, ni que cada día tengo una sonrisa en la cara. No me paso horas delante del espejo maquillándome. Ni siquiera sé andar con tacones. Para mi, eso no tiene importancia, para tu mundo en cambio, si. Tu vas de un lado para otro, viajas por todo el mundo, una semana estas en Londres, la semana siguiente estás en México, y la siguiente en Liverpool. Yo, yo jamás he cogido un avión. Esas no son las únicas diferencias que nos separan, hay muchas, muchas más que podría nombrarte. Pero, haría perder tu valioso tiempo, y es algo que no quiero que hagas más. Tú puedes aspirar a alguien mejor, alguien de tu nivel. Yo… yo no soy de tu mundo, y por mucho que quieras, jamás lo seré.

¿Crees que dejaré que te vayas? ¿Así? Quizá tienes razón. Tengo una vida que muchos desearían. Pero, mi mundo no es perfecto. No lo ha sido al menos hasta que has llegado tú. Si, eres distinta. Distinta a todo lo que yo estoy acostumbrado, pero ese pequeño detalle es el que me hace quererte.

Su mirada se clavó en mí. Una mirada penetrante, una mirada que hasta me causaba dolor, más del que ya sentía- Lo siento- Oír su voz hizo que los pelos se me pusieran de punta- No sé cuántas veces he llegado a oír eso- Dije con la voz ronca, me había pasado una tarde entera llorando, tenía los ojos rojos y me había costado una barbaridad poder decir palabra, es más, no entendía como ahora podía hacerlo- Sé que la he cagado, sé que no merezco que me perdones, ni que me mires, ni que me hables, pero por favor… Escúchame- Le había escuchado tantas veces, había oído tantas veces como me pedía perdón por lo que había hecho, le había escuchado tantas veces lamentarse, que no soportaba hacerlo una vez más, simplemente, ya no le creía. Tiritando coloque el ipod en el bolsillo de mi chaqueta. Con las piernas temblando me levanté, no estaba convencida de que fueran capaces de sujetarme por mucho tiempo, pero debía intentarlo- Lo he hecho demasiadas veces, te he escuchado demasiadas veces, te he perdonado demasiadas veces, no puedes pedirme que lo haga otra vez, no puedes pedirme que vuelva a hacer como si nada, no puedes pedirme que lo olvide, no puedes-Dije con las lágrimas de nuevo en los ojos. Suspire, esperaba que fuera una manera de calmarme, de relajarme aunque fuera solo un poco. Di media vuelta y empecé a andar- No puedes dejar que esto termine, no puedes dejar que lo nuestro se acabe así- Me acusó chillando. Me pare en seco. ¿Me estaba acusando? Me gire de nuevo, él se acercó, había unos tres pasos entre los dos- No dejes que este sea nuestro final.- Estaba sorprendida, no me podía creer lo que me estaba diciendo, él nunca me había querido, nunca me lo había demostrado, nunca me lo había dicho, y me estaba acusando de dejar que nuestra relación llegara a su fin- El final de esta historia lo has escrito tú, no yo, es más, esta historia ni siquiera ha tenido un principio, para ti, nuestra relación era como un borrador, lo tirarías en cualquier momento, cuando te cansaras de escribir. Mírame a los ojos, mírame a los ojos y dime que no puedes soportar la idea de que me vaya, mírame y dime que jamás podrás vivir sin mí. ¡Vuelve a mentirme mirándome a la cara!- Grité. Estallando de una vez. Llorando como no lo había hecho antes. Con rabia. Quería irme, pero mis piernas estaban clavadas en la arena. 

domingo, 23 de octubre de 2011

Escribir. Escribir sobre cualquier cosa. Sobre un paisaje. Sobre un sentimiento. Sobre una situación. Escribir sobre algo que has visto, o sobre algo que te han contado. Escribir sobre algo que pasa por tu cabeza sin más. Escribir sobre lo que una imagen te transmite, o la historia que te imaginas al ver esa fotografía. Escribir sobre lo que querrías decir, pero no te atreves. Escribir sobre lo que has dicho sin saber de donde has sacado el valor. Escribir sobre lo que sueñas. Sobre lo que te gustaría que algún día ocurriera. Escribir. Escribir sobre una persona, sobre un ídolo. Escribir sobre el pasado. Sobre el presente. Escribir sobre el futuro. Escribir para sentirte mejor. Para desahogarte. Para hablar sin que nadie te juzgue. Escribir porque quieres. Porque lo necesitas. Escribir. Escribir para explicar. Para hablar. Escribir para recordar. Escribir para olvidar. Escribir porque es tu pasión.

¿Un sueño que espero cumplir? Ser periodista. Escritora. No suelo decir que eso es lo que se me da bien, porque no es algo que hago por puro aburrimiento. Escribo por todo lo que he dicho antes. Cada persona tiene una manera de expresar lo que siente, lo que le pasa por la cabeza... Si, lo más común es hacerlo hablando. La mejor manera que yo tengo de expresarme, es escribiendo.


sábado, 22 de octubre de 2011

Aquel sería el día más feliz de toda su vida. La gente no hacía más que ponerla nerviosa, sin embargo ella, intentaba mantener la cabeza despejada, intentaba mantenerse tranquila. Todo había sido tan rápido… Excepto aquellas últimas semanas, acabando de prepararlo todo, había sido duro, pero al fin estaban allí. Su padre estaba a su lado, tomándola de la mano con fuerza, transmitiéndole seguridad. Escuchó la música sonar y un poco más y se desmaya. Había llegado el momento, su momento. Las dos grandes puertas se abrieron de golpe, y todo el mundo se giró para mirarla. Pero ella no le dio importancia a eso, sus ojos se posaron en él. En la cara de tonto que se le había puesto al verla. Aquel momento hizo que se diera cuenta de muchas cosas; De lo mucho que le quería, de todo lo que le hacía sentir… Se había dado cuenta de que había encontrado a la persona por la cual valía la pena cualquier cosa. La persona que le había dado sentido a su vida se encontraba allí, de pie junto a ella, mirándola con aquellos ojos que hacían que todo lo demás se desvaneciera. Llegaron al final del pasillo y su padre, después de darle un ligero beso en la mejilla, se sentó en su lugar. Él se acercó a ella y la tomó de las manos. Suspiró. Estaba preparada para el “Si, quiero”.

viernes, 21 de octubre de 2011

Lo siento, pero tenemos que hablar. Si, sé que eso no es buena señal, pero... ¿Que le vamos ha hacer? A estas alturas, deberíamos saber que nada en esta vida es perfecto. Verás, en poquísimo tiempo lo cambiaste todo, pusiste mi vida patas arriba. Hiciste que mi mundo fuera de una forma totalmente distinta; Hiciste que me enamorara de ti. En aquel momento era la chica más feliz del mundo. Recuerdo que la sonrisa no se borraba de mis labios y que no podía sentirme mejor. La alegría vivía en mi. Y de golpe, todo se desvaneció. De la noche a la mañana todo había dado un vuelco de nuevo. Tú habías cambiado, y yo también. Terminamos con la típica frase de: "Podemos ser amigos" Pero ambos sabíamos que eso no era verdad. ¿Sabes lo peor de todo? Lo peor de todo, es que... Te echo de menos... Si, echo de menos a aquel chico que hacía sentirme especial. Echo de menos sus manos, aquellas manos que me acariciaban con dulzura, y que me hacían sentir muy delicada. Echo de menos sus labios, sus besos, aquellos besos que me volvían loca. Echo de menos su voz, aquel tono en el que pronunciaba mi nombre. Echo de menos sus abrazos, aquellos abrazos que me hacían sentir protegida. No, no he aprendido a no verte cada día, y tampoco negaré que cuando suena mi teléfono espero que seas tú el que me llama. No pienso mentirte diciéndote que lo he superado y que vuelvo a ser la misma de antes, porque no es verdad. Estoy cansada de fingir, así que lo diré alto y claro una vez más para que me entiendas. Te echo de menos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Prometí que no derramaría más una lagrima. Prometí que nunca más nadie me rompería el corazón. Y prometí también que sería fuerte, pero... ¿Como pude pensar que esta vez sería distinta? ¿Porque pasó por mi cabeza que las cosas podían ser diferentes? Soy una ilusa por pensar que por fin las cosas me podían salir bien. He comprobado que los finales felices existen, para los demás, pero no para mi.  

sábado, 15 de octubre de 2011

No sé muy bien por donde empezar. Tengo tantas cosas que decirte... Sin embargo, no me salen las palabras correctas, no consigo explicarme. Siempre has tenido ese poder, siempre has tenido la capacidad de hacer que me quede en blanco nada más pensar en ti. Pensarás que lo mejor que puedo hacer es empezar por el principio, pero no puedo hacerlo ya que no sé cuando empecé a enamorarme de ti. Cuando te conocí pensé que estaría bien divertirse, que podríamos pasarlo bien sin ningún tipo de compromiso. Pensé que simplemente serías una chica más en mi lista de ligues, una chica a la cual solo vería durante una semana y luego me olvidaría hasta de su nombre. Se que no tengo excusa, pero siempre he sido así. Nunca me he llegado a enamorar porque me negaba a creer que yo fuera capaz de sentir algo así. Mi vida ha sido siempre igual, he estado siempre solo y no me ha importado hasta ahora. Sé que no he estado a la altura, que no he sido capaz de decir lo que sentía y que eso te ha echo daño, pero créeme, no era mi intención. Me gustaría que no fuera tarde para decirte que no puedo olvidar tus besos, esos labios que me volvían loco. Esos ojos que tan bien me comprendían. Esas caricias por las mañanas. Me gustaría que no fuera tarde para decirte que sin que me diera cuenta te convertiste en mi vida. Pero, el problema es que lo es. Es demasiado tarde para todo eso. Mañana cogeré un avión para ir a Londres, quiero desaparecer para que tú puedas ser feliz, porque sé que si sigo en tu vida, jamás llegarás a serlo, y eso me mata por dentro. Si, espero que olvides que te quiero. Y espero también que rompas esta carta nada más leerla, para que así, puedas olvidarte de mi. Te mereces lo mejor, y yo precisamente... No lo soy. 

martes, 11 de octubre de 2011


Si pudieras estar en cualquier lugar ahora mismo, absolutamente en cualquier rincón del mundo… ¿Dónde te gustaría estar? ¿Qué te gustaría estar haciendo en este momento? - Cerré los ojos y suspiré – Me gustaría… que fuera invierno, que hiciera bastante frío. Iría con gorro y bufanda, y con una de estas chaquetas de cuero que me gustan tanto. Si. Supongo que primero daría un paseo, por cualquier parque, observaría a la gente pasar y yo le daría vueltas una y otra vez a todos los problemas que tengo metidos en la cabeza. Pensaría en ellos hasta que me doliera la cabeza… Entonces, cogería mi moto, me pondría el casco y arrancaría. Sin pensar en llegar tarde a ningún sitio, ni tampoco que se me esta olvidando hacer. No, no pensaría en nada. Aceleraría, si, hasta que el viento chocara en mi piel, hasta que no pudiera escuchar nada más, nada, solamente el ruido provocado por la moto. Así, así dejaría que el viento se llevara mis problemas, que estos volaran y no volvieran. Me sentiría bien, sin preocupaciones, sin distracciones… Me sentiría libre.

domingo, 9 de octubre de 2011

Mis manos le rodeaban. El aire chocaba suavemente en mi cara, el casco no me la cubría entera. Tenía un poco de frío, pero no me importaba, no me importaba en absoluto. Aceleró la velocidad de la moto, le abracé entonces con más fuerza. Por el retrovisor pude ver como sonreía, y aquello provocó que yo sonriera también. Si, su felicidad era mi felicidad, su mirada era mi mirada, y su sonrisa provocaba la mía. Jamás había sentido nada parecido, y tenía miedo, sin embargo, tenía muchas ganas de afrontarlo todo, afrontarlo todo junto a él. Muchas veces pasaba por mi cabeza que no estaba a su altura, que no le merecía. Pero él hacía desvanecer de mi mente cualquier cosa con tan solo darme un beso, con tan solo pronunciar mi nombre, o simplemente con mirarme directamente a los ojos. Él, hacía que me sintiera afortunada por tenerle, me hacía sentir especial y segura.  Y, aquella noche me demostró que él se sentía afortunado también, solo por tenerme a mí.
 
De golpe, y por mi sorpresa, empezó a gritar, a chillar a todo el que pasaba por la calle- ¡Que lo sepa el mundo entero! Que ella es la chica, mi chica! ¡La quiero, más de lo que puedo soportar! ¡ Más de lo que podría haberme llegado a imaginar! ¡ La quiero con sus defectos, y también con sus virtudes! ¡ Porque para mí es perfecta! ¡Ella es lo más grande, lo más importante! ¡Ella es la chica de mis sueños!- Me quedé sin palabras, no sabía que decir. Mis ojos empezaron a brillar, y las lágrimas querían abrirse paso. Intenté retenerlas, pero fue imposible; La persona que hacía que mi vida tuviera sentido, acababa de demostrarme que era más afortunada de lo que pensaba.


[Gemma y Aleix]