jueves, 8 de noviembre de 2012

A veces las palabras sobran. Hablar no sirve de nada, cada sonido pronunciado, el sentido de la explicación en tu cabeza , en voz alta se desvanece. Incluso a veces, una mirada es más que suficiente. Todavía más que cualquier frase, cualquier escrito, o cualquier canción. Si, porque el silencio, también existe. Y a pesar de que no sepamos utilizarlo como es debido, está en nuestras manos. Sin embargo, tenemos que aprender que esta ahí, y que en algunos momentos, el silencio, explica y expresa mucho más de lo que podemos decir con palabras.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Hacía demasiado tiempo que todo había cambiado. Nada era como el verano pasado, parecía que todo hubiera cambiado de lugar. No, no había sido capaz de verlo a tiempo, quizá entonces podría haber solucionado algo. Pero a pesar de la distancia que ahora, de golpe, nos separa. Dejando a un lado, que nos olvidamos cada vez más de los momentos que hemos vivido juntas, y de la comunicación que antes había y ahora ya no hay entre nosotras... Sigo pensando que los que dicen que no hay amistades eternas, se equivocan. Sé exactamente que no es así, que un día aparece una persona en tu vida, se gana tu cariño, tu confianza. Consigue que te tomes la vida con un poco más de humor, y además, en los malos momentos, te acompaña y esta a tu lado. Si, esa persona te demuestra que vale la pena arriesgar, porque la posibilidad de perder, es la misma, que la posibilidad de ganar. Y que hay cosas en la vida, oportunidades e instantes, que no puedes dejar escapar. Que tienes que disfrutar cada segundo como si fuera el último, porque nunca sabes que te puede impedir sonreír al día siguiente. Sin olvidar, que te recuerda cada día, lo que es ser un amigo. Un amigo de verdad. Un amigo, que para ti, es mucho más. Es una parte de tu familia. Una parte de ti mismo.

Si, es verdad que muchas cosas se entrometen entre nosotras. Falta de tiempo, estudios, y nuevas personas que, quieras o no, siempre producen un nuevo cambio en la vida. Sin embargo, y a pesar de ello, puedo asegurar que nuestra amistad, desde el principio, ha sido eterna. Porque ella ha sido, y seguirá siendo, incluso con mil obstáculos de por medio, mi mejor amiga. La persona que me conoce, incluso más que yo misma. La que sabe como hacerme reír, distraerme y olvidar los problemas por un rato. La chica, que hace que hacer cientos de locuras, aunque sea en mitad de la calle, no me parezca vergonzoso. Y aunque le haya mencionado alguna vez, que ya no es así. Que el tiempo ha hecho desaparecer ese sentimiento, ese hecho. Ella es, mi mejor amiga. Ahora, y siempre.

lunes, 5 de noviembre de 2012


Las manos de él, acariciaron sus mejillas con suavidad. Su mirada le pedía que intentara cesar las lagrimas, las cuales no dejaba de derramar. Tenía el corazón a punto de estallar. A punto de romperse en mil pedazos. Siempre había echo lo mismo, siempre se rendía demasiado fácil. Demasiado pronto. No podía permitirlo, no podía dejar que se fuera sin más. Que él desapareciera, que se desvaneciera todo lo que tenían y habían vivido. Pero la puerta estaba abierta, y en aquel momento, nada impedía que todo acabara. 

Se separó de él y le miró directamente a los ojos. Las piernas le temblaban, y sentía un nudo en la garganta desgarrador. Pero no pensaba rendirse, había descartado esa opción.
- Sé que eres libre de hacer con tu vida lo que quieras, que eres capaz de tomar tus propias decisiones. No soy nadie para decirte lo que tienes que hacer y es por eso por lo que he asentido a la idea de que te vayas. A la idea de separar nuestros caminos, a pesar de que yo sin ti, esté perdida. Jamás me imaginé que llegara el momento en el que no tendría otra opción, en el que si no digo lo que pienso, perderé lo más importante. No puedo imaginarme sin tenerte a mi lado, sin poder contar cada día con un abrazo tuyo que me ayude a superarlo todo. Que me haga sentir protegida a pesar de que haya una maldita guerra en la acera de de delante. O de que nos encontremos en el mismísimo infierno. Me da igual que no seas perfecto, me da igual que ronques, que no bajes la taza del váter, que hagas un café espantoso. Porque esos pequeños detalles hacen que te quiera todavía más. Incluso nuestras peleas me encantan, si, porqué seguidas de ellas viene algo mejor. La reconciliación. Tus besos, tus caricias, tu sonrisa, tu mirada. Necesito que sigan aquí  a mi lado. A ti, te necesito a ti. Esto quizá no cambie nada, y puede que sea demasiado tarde, pero no puedo dejar que salgas por esa puerta sin decir ni una palabra. Porque sino me arrepentiré el resto de mi vida, me arrepentiré una y otra vez de haber dejado escapar al amor de mi vida.

(...)






lunes, 7 de mayo de 2012

No son sus labios, son sus besos. No son sus ojos, sino su mirada, la forma en que me mira. Es lo que siento al tenerle delante, ese escalofrío, esa sonrisa instantanea. Sus abrazos, y lo protegida que me siento estando entre sus brazos. Ese don que tiene, ese que consigue que al estar con él las horas se conviertan en minutos, y los minutos en segundos. Por no hablar de como habla, el tono de su voz y cada palabra que pronuncia. Son sus manos frías y su gran corazón. Los rizos que se forman en su pelo, y la negación total a que se los peinen. Como se preocupa, lo cabezón que es y su competividad. Su pasión por ese deporte que tanto le divierte, el que le ayuda a sentirse bien y despejarse un rato, ese deporte llamado baloncesto. Él, el que consigue que constantemente piense en cuando le volveré a ver, o cuando hablaremos de nuevo. El que consigue que todo el tiempo del mundo no sea suficiente para estar juntos, y que hace que quiera todavía más. Si, él... me hace ser egoísta, insegura y un poco paranoica. Nunca he sido así, pero no quiero compartirle y a parte de ilusionarme, ha logrado que tenga miedo... muchísimo miedo. Miedo a perderle, a pensar que no sea lo suficientemente buena, que pueda llegar otra mejor. Miedo a plantearme la posibilidad de que todo acabé algún día. Él ha echo también que mi corazón le pertenezca en poco, poquisimo tiempo. Y no solo eso... Sino que por otro lado puede ponerme nerviosa con solo posar sus ojos en mi... Porque me hace sentir única, especial. Porque es él. Él siempre.

domingo, 15 de abril de 2012

Hay personas a las que conoces de toda la vida, años y años. Sabes su nombre, sus dos apellidos, donde viven… Pero no llegan a decirte nada, no forman parte de tu vida. Son personas con las que solo compartes horas y minutos en blanco. Gente que a pesar del tiempo que habéis pasado juntos, no significa nada. Sois entre los dos, completamente indiferentes respecto al otro. Si, individuos que a lo largo del tiempo se acabarán esfumando. ¿Y que pasará entonces? Nada, en absoluto. Porque ni siquiera te darás cuenta de que ya no están. De que no sabes que es de ellos. Incluso ni te llegarás a plantear donde está ese o el otro.

Sin embargo, no todo el mundo es así. Por otro lado están esas personas que se apoderan de tu confianza en un par de semanas, que te demuestran mucho más en simples meses. Si, personas que a pesar del tiempo que pase, recordarás siempre. Que cambiarán tu vida al llegar a ella, y que se ganarán tu corazón. Que marcarán cada instante, y que podrán incluso dejarte sin aliento en ciertos momentos. Esas, son esas las personas que realmente valen la pena. Las que hacen que tu día a día sea mejor, más fácil. Esas que saben hacerte sonreír en los malos momentos aunque a penas sepan cual es tu color favorito o tu película favorita. Esas que pondrían la mano en el fuego por ti, y que tú la podrías poner por ellos.

La pena, es que de este segundo grupo… hay muy pocos. Cuesta encontrarlos, si. ¿Pero sabes que? Una vez lo haces y dejas que entren en tu vida, luchas e impides que salgan de ella.

jueves, 15 de marzo de 2012

¿Sabes qué? Estoy cansada de ti, de tus juegos, de tus confusiones y de tu indecisión. De tus actuaciones, de la falsa inocencia con la que vienes y de la brutalidad con la que te vas. Estoy harta de tener que recomponer de nuevo los pedazos en los que rompes mi corazón cada vez que no tienes nada mejor que hacer. De no poder sacar de mi cabeza cada dulce momento, cada pequeño detalle que has tenido conmigo. No soy capaz de olvidar las conversaciones sobre mil cosas hasta tarde, las canciones que hemos compartido y que harán que te recuerde siempre cada vez que las escuche. Las miradas, y como llegan a provocar que me estremezca solo con que se crucen un instante, un simple segundo. Porqué si, todavía haces que se me acelere el corazón cuando estás cerca, consigues que tartamudee cuando  hablas dirigiéndote a mí y logras que me quede en blanco con una simple caricia en la mejilla. Sabes hacer que piense en ti cada minuto del día durante semanas para después con un simple comentario hagas que todo mi mundo se quede en la nada, caiga al vacío. Creo que he tenido demasiada paciencia, he aceptado lo que siento por ti… Lo he afrontado desde un principio y no he tenido ningún problema en no ocultártelo, en decírtelo sin esperar nada. He luchado para no perderte a pesar de que estés con otra persona, a pesar de que quieras a otra persona. Me ha costado, pero ha entrado en mi mente el hecho de que yo esté enamorada de ti, y que tú lo estés de otra. Lo que no soy capaz de ignorar, de dejar que siga sucediendo es que… es que me destroces como lo haces, porque si, lo haces. Me haces sentir culpable por sentir lo que siento, por no ser correspondida. Haces que me sienta despreciable por quererte y eso no pienso permitirlo. Que tú no sientas nada por mí, no te da derecho a hacerme daño. A jugar conmigo como si fuera una muñeca con la que jugar una aburrida tarde. Que no estás conmigo, pero por lo visto y aunque te duela… demuestras no saber estar sin mí.
Es más difícil de lo que esperábamos. Pretendíamos que fuera un amor de verano, unos meses para recordar más tarde como buenos amigos, si es que volvíamos a vernos algún día. Ese era el trato, nada de sentimientos al volver cada uno a su vida. Seguiríamos en contacto, hablaríamos de vez en cuando para saber que tal le iban las cosas al otro y nos alegraríamos si otra persona llegaba a su vida y conquistaba su corazón. Personalmente confiaba en que todo fuera así. Pero me equivoqué. ¡Lo admito! ¡Lo admito, ¿vale?! No consigo sacarte de mi cabeza ni un solo segundo, todos los días estas ahí… Y no sé como remediarlo, no encuentro una manera de que eso no me suceda. Cada pequeño detalle hace que me acuerde de ti, de cada día que pasamos juntos y de cada sensación que tuve al estar a tu lado. Todas las canciones hacen que te eche de menos y la verdad es que no entiendo como puedo seguir adelante sin verte… Se me hace insoportable el hecho de que estés tan lejos, de que estés a kilómetros de mí. ¿Sabes lo peor? Que sé que tú sientes lo mismo que yo, sé perfectamente que tienes ganas de volver a verme, pero apostaría a que no tantas como yo. Sería entonces cuando sonreirías y me mandarías callar con un pequeño golpe en el brazo. Ambos nos pondríamos a reír. Echo de menos esos momentos, esas risas, esos besos… Te echo tanto de menos. Y sé que tú sientes lo mismo, lo sé algo de mi me lo dice. No sé como actuar ante esta situación, no la había vivido antes pero… ¿Sabes qué? Que por ti… cogería el primer vuelo.

lunes, 12 de marzo de 2012

I should go, before I lose my sense of reason...


Nos  suelen decir que si no luchamos, si no lo intentamos… hacemos desaparecer la posibilidad de ganar. Pero, ¿somos conscientes de qué también podemos perder todo lo que tenemos? ¿Lo tenemos verdaderamente en cuenta? Arriesgarse significa asumir y disfrutar como es debido de la victoria, pero también significa tener la fuerza suficiente como para aceptar una derrota. ¿Es justo entonces? ¿Está bien que juzguemos a la gente por no atreverse? ¿Por no querer o no poder afrontar esa pérdida? Si, quizá si se queda de brazos cruzados no ganará nada. Se quedará tal cual está. Pero… ¿Y si por lo contrario, se queda sin nada? ¿Es cobarde por no estar dispuesto comprobarlo?

viernes, 2 de marzo de 2012

-Es complicado explicar el motivo de muchas cosas, y si, quizá nunca lleguemos a descubrir del todo el porqué de la gran mayoría. Hace mucho tiempo que tendría que haber dicho esto, y hasta ahora... no he sido capaz de hacerlo. No, no espero que cambie nada si eso es lo que piensas... Sé perfectamente que cuando te diga que no dejo de pensar en ti, te vas a quedar con la misma cara, vas a seguir pensando que esta noche darán el Barça-Madrid, y que mañana tienes clase de Literatura a primera hora. Estoy tan segura de que como mucho llamaré tu atención un solo instante, que creo que ese es el motivo por el que he decidido soltarlo. Seguramente esté perdiendo el tiempo intentando explicarte todo esto, pero ya no lo hago por ti... sino por mi. Ya que tú no lo haces, yo necesito expresar lo que siento, lo que pasa por mi cabeza; Lo siento, pero... no puedo callarme que eres lo mejor que ha pasado en mi vida, que lo primero que quiero ver por las mañanas, y a la última persona que quiero ver antes de acostarme, es a ti... Que a pesar de tus defectos, para mi eres perfecto. Y aunque no te importe... te quiero.

-¿Que estás diciendo? Estás muy equivocada... ¡Claro que importa! No entiendo como puedes decir que seguiré como si nada después de escuchar lo que acabas de decir. No soy capaz de comprender como puedes pensar eso de mi, como puedes llegar a creer que mi reacción ante tus palabras vaya a ser esa... ¿Sabes porqué? ¿Quieres que te explique yo porqué no va a ser así?- Ella asintió- Porque entiendo lo que es sentirse de esa manera, sé lo que es tener miedo de perder a la otra persona y decidir que lo mejor que puedes hacer entonces es callarte. Guardarte tus sentimientos en una caja que no piensas abrir jamás. Sé perfectamente lo que es pensar constantemente en esa persona, tanto que incluso piensas que te vas a volver loco, escuchar su nombre y que se te ponga el bello de punta. Esperar que cada llamada, que cada SMS, sea de esa persona. Soñar que algún día, ella sentirá lo mismo por ti...

-Entonces... ¿A que esperas? Dile lo que sientes...

-Ella no se ha dado cuenta, pero... acabo de hacerlo.

jueves, 1 de marzo de 2012

Una persona que hable, que exprese sus sentimientos sin miedo. Un chico que no se quede callado y que no solo diga simples palabras, sino que demuestre. Que cumpla sus promesas y que este ahí. Alguien a quien le importes y a quien le de igual lo que opine el resto. Que no se rinda a la primera de cambio y que luche por lo que quiere. No estoy buscando nada especial, simplemente espero a alguien que sepa decirme las cosas, que sea claro y preciso. Que no se ande con rodeos ni haga que me pasa días y noches analizando cada una de sus palabras para asegurarme de que he entendido bien. Esa persona que no tenga que repetir las cosas, pues las ha dicho lo suficientemente altas como para escucharlas bien. Que sea capaz de ser serio, pero también bromista y gracioso, algo romántico y a veces incluso, un poco ñoño. Ese chico con el valor que a muchos les hace falta. Demuéstrame que eres esa persona.

miércoles, 22 de febrero de 2012


Solía escribir textos de amor. Cualquier situación con un final feliz. Era facil, ¿sabes? Imaginaba en mi cabeza cada momento, cada sentimiento, cada sensación... y lo único que tenía que hacer, era plasmarlo en una hoja; Coger un lapiz y empezar a contar una historia. Lo que yo escribía, eran deseos. Conocer a ese chico especial, ese al que llevas esperando demasiado tiempo y que es incluso mejor de lo que hubieras podido imaginar. Darte cuenta de lo mucho que tenéis en común, el poder hablar durante horas sea de lo que sea, sobre cualquier cosa y que así, las horas pasaran volando. Esa sonrisa instantanea al verle y la conexión al cruzar una mirada. Echarle de menos al no verle durante una semana, esos mensajes de texto recordandote que esta ahí y que al igual que tú, él también tiene ganas de verte. Una caricia que hace que te sonrojes y que sientas un cosquilleo en la tripa, que se te acelere el corazón y que te quedes totalmente en blanco sin saber que decir, pero que en realidad... nadie espere que digas nada. Esa discursión que termine con un inesperado beso en los labios, un abrazo y un; "Me encantas". Conversaciones hasta las tantas de la noche y esas despedidas interminables. Incluso esos tontos celos, y el dolor. Aquel miedo a perderle y la inseguridad de no estar a la altura. Si, podía escribir sobre eso porque era lo que dentro de mi, esperaba que algún día me sucediese. Eso es lo que a mi me hubiera gustado tener. Pero no fué así, y supongo que ese es el motivo por el que ya no escribo. Después de conocer al chico al que todavía no he logarado verle ningún defecto, después de habalar con él durante horas de cualquier cosa, de esas miradas, de ese cosquilleo en la tripa y de no tener palabras para explicar lo que me pasaba, él desapareció. Se desvaneció como el azucar se acaba deshaciendo en el café, y lo que yo creía que era mi historia, se quedó en una hoja de papel, llena de recuerdos, lista para ser tirada a la basura. Lista para ser olvidada. Y creedme, me gustaría ser capaz de sacar de mi cabeza todo eso y poder volver a empezar, volver a escribir sobre esas chicas con su final feliz, pero no puedo. Porque cada vez que intente imaginarme un bonito momento, me acordaré de él. Y no puedo perimitirme el hacerme más daño... Porque si, él era y es el protagonista de mis historias.

jueves, 2 de febrero de 2012

Pensé que te habías esfumado de mi vida. Habías salido de mi mente sin dejar ningún tipo de rastro, habías desaparecido por completo. Podía seguir adelante, preparada para cualquier cosa, dispuesta a afrontar todo lo que pudiera venir. Estaba segura de que me había hecho fuerte. La suerte me acompañaba…Un chico guapo había fijado sus ojos en mí, llamaba mi atención y lo teníamos fácil. Podíamos conseguir cualquier cosa, ser lo que quisiéramos, hacer planes para ambos. Habría sido una bonita historia, si… podría haberlo sido. ¿Sabes que lo estropeó todo? ¿El problema? Que a pesar de seguir adelante, de haber pasado pagina… Tú seguías en mi cabeza. Tú y yo no habíamos tenido nada fuera de lo normal, nada importante. Pero tú me hacías sentir de una manera… de una manera inexplicable. Verte provocaba en mí una sonrisa instantánea, no podía evitarlo. Hablar contigo durante horas y que me parecieran minutos. Confiar en ti, sin tener ningún seguro. Una simple caricia tuya podía volverme completamente loca, podía hacer que todo se volviera borroso, que solo importara el hecho de que tu piel se deslizara sobre la mía en ese dulce gesto. Quizá esperaba que él me hiciera sentir igual, o de una manera mucho más especial. Pero no lo hacía. Se acabó por ese motivo, porque él, a diferencia de ti, no hacía sentirme única. 
Siempre he sido una chica decidida, segura y con la cabeza en su sitio. Hasta ahora, solo existían los estudios, centrarme y esforzarme para tener un gran futro. ¿Sabes? Tenía un plan, un plan en el que tú no aparecías. Por primera vez en mi vida, me he quedado en blanco y sin palabras que decir. Ha sido la primera vez que mi estomago ha sentido esas mariposas, en las que yo, ni siquiera creía. He sentido miedo de perder, porque no tengo asegurada la victoria. Esperaba que mi vida empezara al llegar a lo más alto, sin darme cuenta que su inicio fue cuando centre mi cabeza en otra parte. En mi vida ha caído una bomba, y entre la cortina de humo, solo le puedo ver a él. El motivo por el que todo es distinto ahora, por lo que todo ha cambiado... Él, él es ese motivo. No tenía planeado sentir lo que siento, pensar lo que pienso y actuar como normalmente actúo. Necesitarle, echarle de menos, enamorarme. No lo había previsto… Pero me da igual. Él ahora, es lo único que me importa.

Colaboración de; Celia Jurado

domingo, 29 de enero de 2012

Es cierto, no soy perfecta. No puedo prometer que conmigo serás un hombre que luzca siempre una sonrisa en la cara. Que todo será más fácil y que todo saldrá bien. No puedo prometerte un cuento de hadas, un final feliz, ni una princesa. Una solución para todo, y todo el trabajo ya echo. No te puedo prometer que esta historia será como la soñamos, que nuestros planes y objetivos se cumplirán. Que cruzaremos nuestras metas. No te puedo prometer que no cometeré errores, ni que tu tampoco lo harás. Que te querré siempre de la misma forma, ni que lo único que querrás es estar a mi lado el resto de tus días. No te puedo prometer que el sol saldrá cada mañana y que ninguna nube tendrá el valor suficiente para tapar su luz. ¿Pero sabes que? Lo que si puedo asegurarte, es que permaneceré a tu lado a pesar de cualquier cosa, de lo bueno y de lo malo. Quizá no te querré siempre como el primer día, porque es posible, que cada día te quiera incluso más. El trabajo no estará echo y no tendremos siempre una solución para todo, pero podremos con cualquier cosa si estamos juntos. Nuestra historia será como nosotros decidamos que sea, como nosotros la escribamos. Cometeremos errores, pero sabremos rectificar. No puedo prometerte una sonrisa cada día, pero si el empeño para que tus labios la muestren siempre que sea posible. No te puedo prometer una princesa, pero te puedo ofrecer a una chica que siente por ti más de lo que puede soportar, una chica que es real. Una chica que está aquí solo por un motivo. Que está aquí por ti.

sábado, 21 de enero de 2012

Comete errores. Sonríe, salta, baila, canta. Escucha, pero también ignora. Llora, pero intentando no ahogarte. Mira, observa. Cierra los ojos y sueña. Escribe, borra y vuelve a escribir de nuevo. Mantén el orgullo. Perdona, pero no olvides. No permitas que te hagan daño, pero no hagas de tu corazón un escudo. Siente, vive la locura. Confía, pero no dejes que te engañen y que jueguen contigo. Mójate, baila bajo la lluvia, pero coge el paraguas solo por si acaso. Simplemente por llevarlo en la mano. Desea que en verano sea invierno, y que en invierno sea verano. Bebe café, una cerveza o un cóctel. Súbete a unos tacones aunque no sepas andar con ellos, ponte el vestido más corto. El jersey que más abrigue. Acaricia, abraza. Besa dulcemente, con pasión o con delicadeza. Sé tímida, pero también extrovertida. Enamorate. Piensa en el futuro, pero jamás dejes de vivir el presente. No olvides tu pasado, pero no vivas en él. Lucha, lucha por lo que quieres a cada momento. No te rindas demasiado pronto, solo cuando debas hacerlo. Equivocate, si eso es lo que necesitas. Aprende y desaprende, entonces de nuevo, vuelve a aprender. Quierete para que los demás lo hagan. No odies dándole demasiada importancia a personas que no valen la pena. Deja que te critiquen, que te juzguen, que hablen de ti. Deja que te envidien. Pues tienen motivos para hacerlo. No eres mejor que nadie, pero eres diferente. Y solo por eso, ya eres todo un misterio. Haz lo que quieras en cada momento, y solo así podrás ser feliz. 
Lo siento, pero tengo que hacerlo. No puedo evitar no decir nada al respecto. ¿De que estoy hablando? Mucho os estaréis preguntando. Pues bien, me refiero a los gustos musicales. A respetar los de cada uno. En serio, ¿tanto cuesta? Hay un motivo por el cual hable de este tema. Me molesta mucho la gente que no hace más que criticar a los demás, de juzgarlos por no escuchar el mismo estilo de música. Ahora ha habido una revolución en contra de Justin Bieber, si... Esas personas que no hacen más que decir que lo que este joven hace no es música. ¿Perdona? Que yo sepa, sus canciones contienen letra, melodía y todo lo que hace falta para que sea precisamente eso, música. Y después están las personas que dicen que el Heavy no es música, sino ruido. ¿Os estáis escuchando? Pero es que no es solo esa batalla entre las Beliebers y los fans del Heavy Metal, no no. Ahora nos dedicamos a insultar a las personas, y además con cosas que son completamente estúpidas, sin sentido. Mentiras para hacer daño. A una persona no le gusta Demi Lovato, pues vamos a llamarla gorda. No te gusta Miley Cyrus, pues bueno, es una guarra. Ahora no me gusta Lady Gaga, pues la llamo retrasada mental o pringada. Pues no, no es así. Me parece patético. ¿No te gusta un estilo de música, un cantante, o un grupo...? Pues muy bien, nadie te obliga a oírlo. Pero si debes respetar a la gente que idolatra a esas personas, que es fan o que escucha su música. Respeta a esas personas porque son precisamente eso, personas las cuales al igual que tú, que yo y que cualquiera, tienen sentimientos. Porque llegará un momento en el que a una persona no le gustará lo mismo que a ti, lo criticará, o le faltará al respeto y eso no te gustará. Después está el tema de que si te gusta un grupo de música, no te puede gustar otro porque o es competencia, o es completamente distinto. Te puede gustar TO-DO. No importa que esos dos grupos, que esos dos cantantes luchen por tener más éxito o más discos vendidos. A ti te pueden gustar tanto uno, como el otro. Sin tener porque ser menos fan de ambos.

Siento esta pequeña pausa en el blog, pero es que tenía que dar mi opinión de una manera u otra. En fin, sed felices :)
Estas aquí, delante de mi. Me miras fijamente a los ojos con esa sonrisa, exactamente esa que me volvía loca. Te acercas, alzando la mano para acariciar mi mejilla, para apartarme un mechón de pelo, o simplemente para estar a escasos centímetros de mi. No dices nada, simplemente esperas que todo lo pasado se vaya de mi mente, que me olvide de los errores, y de cada uno de los detalles que estropearon lo nuestro. Pero no, no puedo hacerlo. No soy así, no soy capaz de hacer desvanecer de mi mente el echo de que te fueras. De que me dejaras sin más, de que no tuvieras en cuenta lo que yo sentía, el dolor que podías causar en mi, ni que pudieras romper mi corazón en pedazos, tal como lo acabaste haciendo. No puedo hacer desaparecer las tardes pensando en que había salido mal, ni las noches en vela esperando a que volvieras a mi lado, que te arrepintieras de tu decisión, de que te acercaras como lo estas haciendo ahora y que me pidieras perdón con un beso. No sabría describir lo que estábamos viviendo, la historia que juntos habíamos empezado. Te puede parecer cursi, a ti y a todo el mundo, pero para mi era demasiado especial. ¿Sabes? Estaba dispuesta a echar para adelante a pesar de todo, a arriesgar sin miedo a perder. A luchar por ti, como tú no luchaste por mi. Hiciste que me enamorara, me ilusionaste para luego alejarte sin más. Ahora vienes aquí, intentando cambiarlo todo. Pero no puedes, ya no. Eres pasado, pisado y olvidado. Ahora, de nuevo, puedes irte. Por donde has llegado.

jueves, 5 de enero de 2012

Sus ojos estaban llenos de lagrimas. Estaba sentada en una esquina de su habitación a oscuras y en absoluto silencio. Quizá tenía la culpa, alomejor ella no era lo bastante buena. Se había planteado mil veces que el problema era la chica que estaba sentada en el suelo en aquel momento, se había preguntado en más de una ocasión si ella misma se lo había buscado. ¿A vosotros nunca os ha pasado? Ella sentía un vacío en el pecho, un vacío que le ardía y que no podía ignorar ni tan solo un minuto. Su corazón latía fuertemente y con mucha rapidez, como si en cualquier momento fuera a parar inesperadamente y no volvería a funcionar. Como si fuera un reloj sobre cargado que acaba rompiéndose a causa de los golpes. Su cuerpo estaba en tensión, como cuando tensas un arco para tirar esa flecha que acabará dándole al punto rojo. ¿Debilucha? Quizá la estáis juzgando como tal, y quizá no sea la persona más fuerte que existe. Pero nadie sabe que es lo que le ocurre, nadie sabe que ha perdido a la persona más importante de su vida, su hermano. Tampoco sabéis que a pesar de estar rodeada de toda su familia, se siente sin nadie a quien acudir, nadie que pueda hacer que se sienta protegida, tranquila ni en casa. Nadie sabe tampoco que siendo la chica más insegura del mundo, sigue día tras día, a pie de cañón. Ni que tiene la sensación de que no tiene ni un solo amigo. Muchos conocidos, si. Pero nada más. ¿Y ahora? ¿Que pensáis de ella? La gente que siga pensando que está exagerando las cosas, y que no será capaz de levantarse, se equivoca. Pues con un suspiro se seca las lágrimas, se levanta y se dispone a seguir luchando. ¿Porqué? Desde pequeña, ha escuchado que cuando te rindes, es cuando pierdes. Y a pesar de ser una debilucha, ella no está dispuesta a perder.
Diciembre. Luces de colores. Frío. Chimeneas. Canciones navideñas y un Papá Noel en cada esquina. El árbol. Pistas de hielo, nieve. Estrellas más brillantes que nunca. Ilusión. Amor y ternura. Regalos. Esperanza. La familia, los amigos. Un chocolate caliente delante de la chimenea. Los besos, los abrazos, los mimos y caricias. Las sonrisas. La esperanza de que cualquier cosa puede pasar. Valor para hacer lo que nunca te hubieras atrevido, echar de menos a los que no están y recordar momentos vividos. Tejados blancos, bufandas, gorros. Pero sobre todo, sueños. Muchos sueños esperando a ser cumplidos.