sábado, 24 de septiembre de 2011

No, hoy no voy a escribir sobre ninguna chica enamorada, ni tampoco sobre una escena de amor. Me gustaría hablar de las oportunidades; Las personas, tenemos un grabe problema con eso. Esperamos de los demás más de lo que deberíamos, y ese es el motivo por el cual, nos acaban decepcionando siempre. A mi, al menos, me ha pasado muchas veces. ¿Que ocurre entonces? Nos comemos la cabeza. Le damos vueltas una y otra vez. Nos preguntamos y/o convencemos al fin, de quien ha sido la culpa. Pensamos si la mejor opción es pedir perdón por algo que no es culpa tuya, o quizá te planteas la posibilidad de ser la culpable de todo. Entonces esa persona, la que te ha fallado, te pide una segunda posibilidad. Te promete que no volverá  pasar lo de la última vez, que ha cambiado, o que es una situación completamente distinta. Pero la cosa no acaba ahí, no, no...¡Vuelve a pasar lo mismo! Y encima... ¡Te vuelve a decepcionar la misma persona! ¿Que es lo peor de todo? Que nos vuelve a pedir perdón, y nosotros volvemos a caer de nuevo en el mismo lugar, volvemos a tropezar con la misma piedra. Intentamos pensar que esa persona a cambiado, y ese es el problema. De un día para otro, una persona no se convierte en otra. Igual que esas piedras con las que solemos tropezar por la calle, no cambian de forma. 

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