jueves, 15 de marzo de 2012

¿Sabes qué? Estoy cansada de ti, de tus juegos, de tus confusiones y de tu indecisión. De tus actuaciones, de la falsa inocencia con la que vienes y de la brutalidad con la que te vas. Estoy harta de tener que recomponer de nuevo los pedazos en los que rompes mi corazón cada vez que no tienes nada mejor que hacer. De no poder sacar de mi cabeza cada dulce momento, cada pequeño detalle que has tenido conmigo. No soy capaz de olvidar las conversaciones sobre mil cosas hasta tarde, las canciones que hemos compartido y que harán que te recuerde siempre cada vez que las escuche. Las miradas, y como llegan a provocar que me estremezca solo con que se crucen un instante, un simple segundo. Porqué si, todavía haces que se me acelere el corazón cuando estás cerca, consigues que tartamudee cuando  hablas dirigiéndote a mí y logras que me quede en blanco con una simple caricia en la mejilla. Sabes hacer que piense en ti cada minuto del día durante semanas para después con un simple comentario hagas que todo mi mundo se quede en la nada, caiga al vacío. Creo que he tenido demasiada paciencia, he aceptado lo que siento por ti… Lo he afrontado desde un principio y no he tenido ningún problema en no ocultártelo, en decírtelo sin esperar nada. He luchado para no perderte a pesar de que estés con otra persona, a pesar de que quieras a otra persona. Me ha costado, pero ha entrado en mi mente el hecho de que yo esté enamorada de ti, y que tú lo estés de otra. Lo que no soy capaz de ignorar, de dejar que siga sucediendo es que… es que me destroces como lo haces, porque si, lo haces. Me haces sentir culpable por sentir lo que siento, por no ser correspondida. Haces que me sienta despreciable por quererte y eso no pienso permitirlo. Que tú no sientas nada por mí, no te da derecho a hacerme daño. A jugar conmigo como si fuera una muñeca con la que jugar una aburrida tarde. Que no estás conmigo, pero por lo visto y aunque te duela… demuestras no saber estar sin mí.
Es más difícil de lo que esperábamos. Pretendíamos que fuera un amor de verano, unos meses para recordar más tarde como buenos amigos, si es que volvíamos a vernos algún día. Ese era el trato, nada de sentimientos al volver cada uno a su vida. Seguiríamos en contacto, hablaríamos de vez en cuando para saber que tal le iban las cosas al otro y nos alegraríamos si otra persona llegaba a su vida y conquistaba su corazón. Personalmente confiaba en que todo fuera así. Pero me equivoqué. ¡Lo admito! ¡Lo admito, ¿vale?! No consigo sacarte de mi cabeza ni un solo segundo, todos los días estas ahí… Y no sé como remediarlo, no encuentro una manera de que eso no me suceda. Cada pequeño detalle hace que me acuerde de ti, de cada día que pasamos juntos y de cada sensación que tuve al estar a tu lado. Todas las canciones hacen que te eche de menos y la verdad es que no entiendo como puedo seguir adelante sin verte… Se me hace insoportable el hecho de que estés tan lejos, de que estés a kilómetros de mí. ¿Sabes lo peor? Que sé que tú sientes lo mismo que yo, sé perfectamente que tienes ganas de volver a verme, pero apostaría a que no tantas como yo. Sería entonces cuando sonreirías y me mandarías callar con un pequeño golpe en el brazo. Ambos nos pondríamos a reír. Echo de menos esos momentos, esas risas, esos besos… Te echo tanto de menos. Y sé que tú sientes lo mismo, lo sé algo de mi me lo dice. No sé como actuar ante esta situación, no la había vivido antes pero… ¿Sabes qué? Que por ti… cogería el primer vuelo.

lunes, 12 de marzo de 2012

I should go, before I lose my sense of reason...


Nos  suelen decir que si no luchamos, si no lo intentamos… hacemos desaparecer la posibilidad de ganar. Pero, ¿somos conscientes de qué también podemos perder todo lo que tenemos? ¿Lo tenemos verdaderamente en cuenta? Arriesgarse significa asumir y disfrutar como es debido de la victoria, pero también significa tener la fuerza suficiente como para aceptar una derrota. ¿Es justo entonces? ¿Está bien que juzguemos a la gente por no atreverse? ¿Por no querer o no poder afrontar esa pérdida? Si, quizá si se queda de brazos cruzados no ganará nada. Se quedará tal cual está. Pero… ¿Y si por lo contrario, se queda sin nada? ¿Es cobarde por no estar dispuesto comprobarlo?

viernes, 2 de marzo de 2012

-Es complicado explicar el motivo de muchas cosas, y si, quizá nunca lleguemos a descubrir del todo el porqué de la gran mayoría. Hace mucho tiempo que tendría que haber dicho esto, y hasta ahora... no he sido capaz de hacerlo. No, no espero que cambie nada si eso es lo que piensas... Sé perfectamente que cuando te diga que no dejo de pensar en ti, te vas a quedar con la misma cara, vas a seguir pensando que esta noche darán el Barça-Madrid, y que mañana tienes clase de Literatura a primera hora. Estoy tan segura de que como mucho llamaré tu atención un solo instante, que creo que ese es el motivo por el que he decidido soltarlo. Seguramente esté perdiendo el tiempo intentando explicarte todo esto, pero ya no lo hago por ti... sino por mi. Ya que tú no lo haces, yo necesito expresar lo que siento, lo que pasa por mi cabeza; Lo siento, pero... no puedo callarme que eres lo mejor que ha pasado en mi vida, que lo primero que quiero ver por las mañanas, y a la última persona que quiero ver antes de acostarme, es a ti... Que a pesar de tus defectos, para mi eres perfecto. Y aunque no te importe... te quiero.

-¿Que estás diciendo? Estás muy equivocada... ¡Claro que importa! No entiendo como puedes decir que seguiré como si nada después de escuchar lo que acabas de decir. No soy capaz de comprender como puedes pensar eso de mi, como puedes llegar a creer que mi reacción ante tus palabras vaya a ser esa... ¿Sabes porqué? ¿Quieres que te explique yo porqué no va a ser así?- Ella asintió- Porque entiendo lo que es sentirse de esa manera, sé lo que es tener miedo de perder a la otra persona y decidir que lo mejor que puedes hacer entonces es callarte. Guardarte tus sentimientos en una caja que no piensas abrir jamás. Sé perfectamente lo que es pensar constantemente en esa persona, tanto que incluso piensas que te vas a volver loco, escuchar su nombre y que se te ponga el bello de punta. Esperar que cada llamada, que cada SMS, sea de esa persona. Soñar que algún día, ella sentirá lo mismo por ti...

-Entonces... ¿A que esperas? Dile lo que sientes...

-Ella no se ha dado cuenta, pero... acabo de hacerlo.

jueves, 1 de marzo de 2012

Una persona que hable, que exprese sus sentimientos sin miedo. Un chico que no se quede callado y que no solo diga simples palabras, sino que demuestre. Que cumpla sus promesas y que este ahí. Alguien a quien le importes y a quien le de igual lo que opine el resto. Que no se rinda a la primera de cambio y que luche por lo que quiere. No estoy buscando nada especial, simplemente espero a alguien que sepa decirme las cosas, que sea claro y preciso. Que no se ande con rodeos ni haga que me pasa días y noches analizando cada una de sus palabras para asegurarme de que he entendido bien. Esa persona que no tenga que repetir las cosas, pues las ha dicho lo suficientemente altas como para escucharlas bien. Que sea capaz de ser serio, pero también bromista y gracioso, algo romántico y a veces incluso, un poco ñoño. Ese chico con el valor que a muchos les hace falta. Demuéstrame que eres esa persona.