viernes, 28 de octubre de 2011

Estoy cansada de oír que las ilusiones se las crea siempre uno mismo. Si, no digo que eso no sea verdad, solo defiendo que no en todos los casos se puede aplicar esa norma. Personalmente, puedo asegurar que soy una persona que se hace esperanzas sin partir de ninguna base, pero esta última vez; no ha sido así. Las palabras dulces han existido, las conversaciones están ahí, las caricias y el interés, no han sido invención mía. ¿Estabas jugando? ¿Lo hacías para pasar el rato? Eso no tiene nada que ver. No me niegues que eso ha ocurrido, no me culpes de haberme ilusionado demasiado, porque tú, precisamente tú, has provocado todo eso. Las consecuencias vienen después. ¿Ahora hay otra? ¿Te has cansado? Me parece muy bien. Pero admite que ha habido un interés por tu parte. Que no ha sido todo una imaginación, y mucho menos que yo he exagerado las cosas. Estoy dispuesta a aceptar que he sido una estúpida, una ilusa y que todo esto ha terminado. Estoy dispuesta a aceptar que me he equivocado, y que quizá yo tuve parte de culpa por haber creído a ciegas. A lo que no estoy dispuesta es, a hacer como si nada de esto hubiera existido, y mucho menos a pensar, que no tenía motivos para creer en ti, para creer en nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario