sábado, 22 de octubre de 2011

Aquel sería el día más feliz de toda su vida. La gente no hacía más que ponerla nerviosa, sin embargo ella, intentaba mantener la cabeza despejada, intentaba mantenerse tranquila. Todo había sido tan rápido… Excepto aquellas últimas semanas, acabando de prepararlo todo, había sido duro, pero al fin estaban allí. Su padre estaba a su lado, tomándola de la mano con fuerza, transmitiéndole seguridad. Escuchó la música sonar y un poco más y se desmaya. Había llegado el momento, su momento. Las dos grandes puertas se abrieron de golpe, y todo el mundo se giró para mirarla. Pero ella no le dio importancia a eso, sus ojos se posaron en él. En la cara de tonto que se le había puesto al verla. Aquel momento hizo que se diera cuenta de muchas cosas; De lo mucho que le quería, de todo lo que le hacía sentir… Se había dado cuenta de que había encontrado a la persona por la cual valía la pena cualquier cosa. La persona que le había dado sentido a su vida se encontraba allí, de pie junto a ella, mirándola con aquellos ojos que hacían que todo lo demás se desvaneciera. Llegaron al final del pasillo y su padre, después de darle un ligero beso en la mejilla, se sentó en su lugar. Él se acercó a ella y la tomó de las manos. Suspiró. Estaba preparada para el “Si, quiero”.

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