sábado, 15 de octubre de 2011

No sé muy bien por donde empezar. Tengo tantas cosas que decirte... Sin embargo, no me salen las palabras correctas, no consigo explicarme. Siempre has tenido ese poder, siempre has tenido la capacidad de hacer que me quede en blanco nada más pensar en ti. Pensarás que lo mejor que puedo hacer es empezar por el principio, pero no puedo hacerlo ya que no sé cuando empecé a enamorarme de ti. Cuando te conocí pensé que estaría bien divertirse, que podríamos pasarlo bien sin ningún tipo de compromiso. Pensé que simplemente serías una chica más en mi lista de ligues, una chica a la cual solo vería durante una semana y luego me olvidaría hasta de su nombre. Se que no tengo excusa, pero siempre he sido así. Nunca me he llegado a enamorar porque me negaba a creer que yo fuera capaz de sentir algo así. Mi vida ha sido siempre igual, he estado siempre solo y no me ha importado hasta ahora. Sé que no he estado a la altura, que no he sido capaz de decir lo que sentía y que eso te ha echo daño, pero créeme, no era mi intención. Me gustaría que no fuera tarde para decirte que no puedo olvidar tus besos, esos labios que me volvían loco. Esos ojos que tan bien me comprendían. Esas caricias por las mañanas. Me gustaría que no fuera tarde para decirte que sin que me diera cuenta te convertiste en mi vida. Pero, el problema es que lo es. Es demasiado tarde para todo eso. Mañana cogeré un avión para ir a Londres, quiero desaparecer para que tú puedas ser feliz, porque sé que si sigo en tu vida, jamás llegarás a serlo, y eso me mata por dentro. Si, espero que olvides que te quiero. Y espero también que rompas esta carta nada más leerla, para que así, puedas olvidarte de mi. Te mereces lo mejor, y yo precisamente... No lo soy. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario