miércoles, 26 de octubre de 2011

Cerró los ojos. Sin darse cuenta, las imágenes empezaron a aparecer en su mente, a reproducirse como si se tratara de una película; ¿Cual era el argumento? Aquellos últimos meses. Recordó la primera tarde, había sido tan inesperado… No se conocían, pero habían empezado hablar como si nada. Sin preocupaciones, se habían contado tantas cosas… Habían hablado de tantos temas… Entonces recordó la primera cita, un par de coca colas en un bar cualquiera. ¿Qué más daba? Lo importante era que estaban allí, ellos dos, juntos. Se había reído tanto… Después de aquella cita vino otra, y luego otra, y luego otra. Podían hacer cualquier cosa. En aquel momento recordó el primer mensaje, aquel mensaje que había echo que se sonrojara y se pusiera tan tonta; “Se que acabo de pasar la tarde contigo, ¡pero ya te echo de menos…!” Al leer aquellas palabras, el corazón le había dado un vuelco. Él, era tan especial, se había convertido en una persona tan importante… Y cuando pensaba que nada mejor le podía pasar, le pasó. Se le declaró. Había visto mil películas románticas, miles de escenas de amor, pero nada podía superar aquella noche, la recordaba perfectamente; La había llevado a un concierto, nunca había escuchado a aquel grupo, pero le había gustado, le había parecido muy bueno. A la tercera canción, el cantante se dirigió al público; Jamás he visto a un chico tan enamorado. Os puedo asegurar que no soy de esos que cree en el amor, y mucho menos en los finales felices. Pero este chico, quiere declararse por todo lo alto, quiere demostrar sus sentimientos a la chica de sus sueños. Y así lo hará, de la mejor manera posible. Dedicándole una canción, ¿Qué mejor forma que expresarse, que la música? En aquel momento un foco se poso en ellos. Y la canción empezó a sonar. Él la miró con una sonrisa en la cara, la tomó de la cintura y la besó. Los meses pasaban, y lo que estaba viviendo, era mejor que cualquier sueño. Pero nada dura eternamente, ni los sueños. Y ella, se despertó de golpe y con un jarrón de agua fría. En aquel mismo instante abrió los ojos, los cuales estaban llenos de lágrimas. Todo había terminado, así, sin más. Le echaba de menos. Pero, no podía seguir viviendo de los sueños.

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