lunes, 5 de noviembre de 2012


Las manos de él, acariciaron sus mejillas con suavidad. Su mirada le pedía que intentara cesar las lagrimas, las cuales no dejaba de derramar. Tenía el corazón a punto de estallar. A punto de romperse en mil pedazos. Siempre había echo lo mismo, siempre se rendía demasiado fácil. Demasiado pronto. No podía permitirlo, no podía dejar que se fuera sin más. Que él desapareciera, que se desvaneciera todo lo que tenían y habían vivido. Pero la puerta estaba abierta, y en aquel momento, nada impedía que todo acabara. 

Se separó de él y le miró directamente a los ojos. Las piernas le temblaban, y sentía un nudo en la garganta desgarrador. Pero no pensaba rendirse, había descartado esa opción.
- Sé que eres libre de hacer con tu vida lo que quieras, que eres capaz de tomar tus propias decisiones. No soy nadie para decirte lo que tienes que hacer y es por eso por lo que he asentido a la idea de que te vayas. A la idea de separar nuestros caminos, a pesar de que yo sin ti, esté perdida. Jamás me imaginé que llegara el momento en el que no tendría otra opción, en el que si no digo lo que pienso, perderé lo más importante. No puedo imaginarme sin tenerte a mi lado, sin poder contar cada día con un abrazo tuyo que me ayude a superarlo todo. Que me haga sentir protegida a pesar de que haya una maldita guerra en la acera de de delante. O de que nos encontremos en el mismísimo infierno. Me da igual que no seas perfecto, me da igual que ronques, que no bajes la taza del váter, que hagas un café espantoso. Porque esos pequeños detalles hacen que te quiera todavía más. Incluso nuestras peleas me encantan, si, porqué seguidas de ellas viene algo mejor. La reconciliación. Tus besos, tus caricias, tu sonrisa, tu mirada. Necesito que sigan aquí  a mi lado. A ti, te necesito a ti. Esto quizá no cambie nada, y puede que sea demasiado tarde, pero no puedo dejar que salgas por esa puerta sin decir ni una palabra. Porque sino me arrepentiré el resto de mi vida, me arrepentiré una y otra vez de haber dejado escapar al amor de mi vida.

(...)






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