jueves, 5 de enero de 2012

Sus ojos estaban llenos de lagrimas. Estaba sentada en una esquina de su habitación a oscuras y en absoluto silencio. Quizá tenía la culpa, alomejor ella no era lo bastante buena. Se había planteado mil veces que el problema era la chica que estaba sentada en el suelo en aquel momento, se había preguntado en más de una ocasión si ella misma se lo había buscado. ¿A vosotros nunca os ha pasado? Ella sentía un vacío en el pecho, un vacío que le ardía y que no podía ignorar ni tan solo un minuto. Su corazón latía fuertemente y con mucha rapidez, como si en cualquier momento fuera a parar inesperadamente y no volvería a funcionar. Como si fuera un reloj sobre cargado que acaba rompiéndose a causa de los golpes. Su cuerpo estaba en tensión, como cuando tensas un arco para tirar esa flecha que acabará dándole al punto rojo. ¿Debilucha? Quizá la estáis juzgando como tal, y quizá no sea la persona más fuerte que existe. Pero nadie sabe que es lo que le ocurre, nadie sabe que ha perdido a la persona más importante de su vida, su hermano. Tampoco sabéis que a pesar de estar rodeada de toda su familia, se siente sin nadie a quien acudir, nadie que pueda hacer que se sienta protegida, tranquila ni en casa. Nadie sabe tampoco que siendo la chica más insegura del mundo, sigue día tras día, a pie de cañón. Ni que tiene la sensación de que no tiene ni un solo amigo. Muchos conocidos, si. Pero nada más. ¿Y ahora? ¿Que pensáis de ella? La gente que siga pensando que está exagerando las cosas, y que no será capaz de levantarse, se equivoca. Pues con un suspiro se seca las lágrimas, se levanta y se dispone a seguir luchando. ¿Porqué? Desde pequeña, ha escuchado que cuando te rindes, es cuando pierdes. Y a pesar de ser una debilucha, ella no está dispuesta a perder.

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