domingo, 18 de diciembre de 2011

Tengo más defectos que virtudes. O quizá solo se ver lo malo, ¿Quién sabe? Nunca he sido perfecta, y nunca pretenderé serlo. Soy despistada, no pierdo la cabeza porque no me es posible. Pero sé cuidar las cosas. Soy demasiado tímida, me sonrojo con rapidez, y cuando me pongo nerviosa suelo tartamudear. Pero lucho por lo que quiero, y si tengo que decir algo, sé decirlo bien. Me cuesta mostrar mis sentimientos. Pero cuando quiero, y cuando lo digo, lo hago de verdad. Mi aspecto, no siempre voy peinada, ni con tacones. No me maquillo, ni llevo la ropa más cara. Pero sé combinar, sé la diferencia entre una bufanda y un foulard. Cada año me prometo a mi misma que adelgazaré un par de quilos. Pero nunca lo cumplo, sin embargo, me quiero a mi misma. Acepto mi físico y no me quejo. Me encanta el orden, pero mi habitación normalmente es una leonera. Me propongo hacer cosas distintas, pero mi vida es una rutina. Mi letra es espantosa, pero mi pasión es escribir. Lo sé, me quedan muchos defectos por decir, pero quien quiera estar en mi vida, los tendrá que descubrir. Pero también aceptarlos, porque así es como soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario