martes, 29 de enero de 2013

Sentada delante suyo, no podía apartar la mirada. Lo abrazó con fuerza, como si el mundo fuera acabar en aquel mismo momento. Cerró los ojos, disfrutando de cada segundo. Con una sonrisa de apoyó en él, acurrucó la cabeza en su pecho, dejando que sus oídos escucharan los latidos de su corazón- Me encanta este sonido- Dijo ella. Si, eran lo más preciado, la melodía más bonita que ella jamás había escuchado- Es tuyo- Afirmó él. Jamás olvidaría ese momento, estaba segura de ello. Al igual que sabia con certeza que ella seria capaz de dar cualquier cosa, incluso el suyo, su propio corazón, por él.


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