jueves, 27 de junio de 2013

Todos tenemos miedos. A la oscuridad, a las arañas, a morir solos, a no vernos suficientemente capacitados para hacer algo, y a mil cosas más. Esa inseguridad que nos limita ciertas veces. Y no solo eso, sino que además también tenemos complejos, fobias, y manías (algunas más raras que otras, todo hay que decirlo). No somos perfectos, y quizá estos aspectos mencionados anteriormente, nos lo hacen ser aún menos. Seguido también, de la típica frase: "Y si..." (no le gusto, no lo consigo, sale mal, me hacen daño, me fallan...). Un síntoma más de miedo a lo que pueda pasar y poca confianza en nosotros mismos. Y puedo asegurar, que incluso la persona más segura, se ha preguntado alguna vez que pasaría si hiciera esto o aquello, o si puede o no puede. No intento decir, que tenemos que tirarlo todo por la borda y actuar a lo loco. Ni mucho menos. Pero me gustaría plantear una pregunta: Si dejáramos de vez en cuando esa sensación de imposibilidad en casa, ¿Conseguiríamos más cosas? ¿Cumpliríamos más sueños de los que hemos dejado aparcados? ¿Actuaríamos de una manera diferente? Tener miedo, no es malo. A no ser, que te impida lograr lo que te propones en la vida. Y eso ya depende de ti. Si la respuesta es que si, levántate cada mañana y mírate al espejo con una gran sonrisa. Substituye a ese "Y si..." por un "Yo puedo". Y adelante, que se prepare el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario