
Eso tenia sus ventajas, nadie volvería ha hacerme daño, ni tendría el poder de hacerme llorar. El problema fue, que nadie era capaz tampoco de hacerme sonreír. Cuando pensé que mi vida ya no tenía sentido por ese motivo, porque mi corazón se había congelado… Llegaste tú. Lo cambiaste todo. Fuiste capaz de hacer que mis piernas temblaran, de que mostrara la mejor de mis sonrisas y convertiste ese corazón de hielo en un volcán con lava.
No hay comentarios:
Publicar un comentario